Tras el fracaso del año pasado, uno más desde la Champions conseguida en 2007, se inició un proyecto nuevo. Entrenador nuevo, y, al igual que Leonardo el año pasado, uno con poca experiencia como Allegri. Parecía que este año sí, se iba a dar el necesario relevo generacional, que se ha ido retrasando desde hace más de un lustro. Pero no hay dinero en las arcas milanistas, y deshacerse de las viejas glorias es demasiado difícil y duro para un Berlusconi que está en constante campaña electoral.
Pero, al final del calciomercato, aprovechando los últimos saldos, llegaron dos cracks, pero al igual que el resto del equipo, muy venidos a menos. ¿Es esto suficiente para ser competitivo en el campeonato italiano? ¿Y en Europa? Me parece que no. Está claro jugadores como Ibrahimovic te pueden ganar un partido con tocar sólo un balón, que es lo que está pasando hasta ahora. De hecho Ibrahimovic ya ha ganado él solito 14 puntos para los milanistas entre Champions y Liga. O que jugadores de enorme talento, pero nula cabeza como Ronaldinho o Robinho pueden tener el día bueno, pero así no se puede ganar nada. Y se lleva demostrando durante los últimos 3 años como mínimo.
Los Pirlo, Seedorf, Gattusso y Nesta siguen ahí, al igual que durante toda la última década, titulares, pero ya no tienen la capacidad de liderar el equipo como antaño. Así se ha quedado un equipo lleno de estrellas, pero incapaz de generar ningún tipo de juego y sin identidad propia y reconocible, por lo que el equipo depende en exclusiva del grado de inspiración de sus estrellas. Y de momento estas estrellas no aparecen, y a excepción de Ibra, tampoco parece que vayan a aparecer. Futuro muy negro para los rossoneri, que poco podrán hacer ante la hegemonía de sus rivales conciudadanos con un equipo plagado de viejas glorias, a excepción de los relativos soplos de aire fresco que aportan los Pato, Boateng o Papastathopoulos.
Hola Enrique!
ResponderEliminarHe leído tu comentario, muchas gracias! Tu blog también está muy bien, me pasaré más a menudo a visitarlo! Un abrazo!