Desde hace un tiempo, más concretamente desde hace unos 5 años más o menos, cada vez se valora menos el producto italiano entre los clubes de Serie A. Así, que salga una generación de jugadores como la de los Rossi, Cabrini, Tardelli, Conti y compañía como la que salió a finales de los 70, compitió y quedó cuarta en el Mundial del 78, con muchos jugadores entre 21 y 25 años, y posteriormente se proclamó campeona del mundo, es casi imposible actualmente.
Y es que ahora, a esa edad, los jugadores más prometedores, o bien siguen jugando contra juveniles en los equipos Primavera, estancándose en un nivel mediocre, o bien están perdidos en las categorías inferiores de Italia. Los que tienen suerte están en Serie B, con alguna posibilidad de ascender, o al menos de ser observados por algún club de Serie A, donde aspirar a ser suplentes. El resto, están perdidos en la durísima Lega Pro, donde se juegan la pierna cada semana ante combinados que apenas les dejan mostrar sus cualidades.
Solo los super privilegiados tienen suerte de estar en algún club que de oportunidad a los jóvenes, como son Palermo, Fiorentina, Udinese o Juventus. El resto, suele confíar en mediocridades extranjeras, pero de una cierta experiencia en sus ligas locales, que ocupan el lugar de los jóvenes italianos.
De este modo, jugadores que han explotado este año, por ejemplo Marco Parolo y Emmanuele Giaccherini, y ambos nacidos en 1985, son considerados "jóvenes" a pesar de contar ya con casi 26 años. En otros países como España, estos jugadores ya son considerados casi como experimentados. Porque mientras en España o Alemania los jugadores de 20 o 21 años, por poner una edad media, luchan por ser titulares en sus equipos de primera división si no son ya indiscutibles, Parolo y Giaccherini, a esa edad, jugaban en Serie C. Por poner un ejemplo, la media de edad del Borussia Dortmund campeón de la Bundesliga tiene una edad media de 22 años.
Solo hay que echarle un vistazo a la actual selección Sub 21. Apenas un puñado de jugadores (Paloschi, Santon, Camporese, Macheda o Bertolacci) dispone de oportunidades en Serie A, mientras el resto se busca la vida como puede en Serie B o incluso más abajo. Pinsoglio, Crescenzi, Marrone, Fabbrini o Gabbiadini son los titulares en esta selección, juegan en Viareggio, Crotone, Siena, Empoli y Cittadella y ni siquiera han debutado en la máxima categoría. De este modo, es casi imposible competir de tú a tú con selecciones como Inglaterra o España, donde casi todos los jugadores han debutado en Primera, si es que no son ya titulares en sus equipos.
Por esta razón, Italia ya estará ausente en el próximo Europeo Sub 21, eliminada por Bielorrusia, y en consecuencia de los Juegos Olímpicos de Londres, y tendrá dificílisimo clasificarse para los siguientes si esto no cambia.
La solución es complicada. Una posibilidad sería suprimir el Campeonato Primavera e introducir a los equipos filiales en las categorías profesionales, si bien es algo utópico actualmente. El salto cualitativo entre jugar contra juveniles y hacerlo directamente en Serie A es menor si ya se tiene experiencia contra "mayores", y lo harían controlados directamente por los clubes, no como ahora que se pierden en una espiral de cesiones y copropiedades. E incluso tendrían la opción de ascender a Serie B, como han hecho en España los filiales de Villarreal y Barcelona, con un resultado óptimo para el primer equipo. Otra opción sería, quizá como un mal menor si no se realiza lo anterior, rebajar la edad en el Campeonato Primavera, que actualmente es para Sub 20 (permitiéndose 2 jugadores de 21 años) por ejemplo a 18 años. Así se obligaría a los clubes o bien a aceptarlos como miembros útiles en sus plantillas o perderlos de vista si consideran que no cuentan con las condiciones adecuadas.
El caso es que, sea lo que sea, algo se debe hacer para evitar que la situación continúa como hasta ahora, y la solución debe partir de los propios clubes, que cada vez se verán más damnificados por la pérdida de imagen de la Serie A en el extranjero, considerado, y muy posiblemente de un modo acertado, un campeonato de veteranos.
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