El de la Juventus parece que va a ser
uno de esos casos en los que una derrota va a hacer mucho más bien
que daño al equipo. Una derrota tan importante como fue la del pasado
día 4, en casa, en el Derby d´Italia frente al Inter de
Stramaccioni, que cortaba la mencionada una y mil veces racha de 49
partidos invicto en Serie A.
Tras un gran comienzo de temporada, la
Juventus tuvo un final de septiembre-octubre bastante oscuro. El
primer empate cedido, ante la Fiorentina, los empates en Champions
League -especialmente doloroso el del Nordsjaelland- o victorias sin
brillo y a base de ramalazos aislados ante Chievo, Siena, Catania o
Bologna. Incluso la victoria ante el Napoli dejó que desear,
favorecido por una táctica cobarde de Mazzarri. Solo se salvó el
partido contra la Roma, probablemente gracias a la motivación ante
la posibilidad de golear a un equipo de Zeman.
Está claro que el bajón de la
Juventus no fue a causa de los resultados, ya que la colección de
partidos invictos continuó. Fue una cuestión de juego, de
sensaciones. El equipo no terminaba de funcionar. La comparación con
el estilo que desplegó el conjunto de Conte durante la temporada
pasada es odiosa y constante. Ahora faltaba verticalidad y velocidad,
y el problema del gol cada vez era más acuciante, con la ausencia de
ese 9 top que no llegó en el
mercado estival.
La motivación anteriormente mencionada puede ser uno de los
quiz de la cuestión. La
plantilla bianconera
es muy superior a sus rivales en Serie A, como para ganar jugando a
medio gas o con varios jugadores suplentes, tal y como ha venido
ocurriendo durante el pasado mes. Además, a principio de curso el
equipo, ejemplificado especialmente en el ejemplo de Marchisio y
Vidal, no está al 100% físicamente, algo lógico teniendo en cuenta
la longitud de la temporada y que hay que llegar fresco a final de
curso.
Por
otro lado, estaba el peso del récord de partidos invictos. Daba la
sensación de que el equipo podía ganar perfectamente, sobretodo por
la calidad de sus integrantes. Sin embargo, la Juventus nunca
arriesgaba más de la cuenta, con el miedo, por llamarlo de algún
modo, de perder esa racha histórica. Un equipo más plantado atrás,
más defensivo, conformista y especulativo. Si se ganaba con alguna
jugada aislada de los atacantes o a balón parado, bien. Si
finalmente se empataba, al menos se mantenía el record. La falta de
gol también era consecuencia de esa falta de efectivos en las
jugadas ofensivas.
Pero
la racha terminó con la derrota frente al Inter, y parece que esto a
supuesto un punto de inflexión para la Juventus. Si bien ha sido
frente a rivales débiles como el Nordsjaelland y el Pescara, los
bianconeri han
recuperado la esencia del estilo Conte de la temporada pasada, esa
frescura y velocidad, además de anotar 10 goles en esos dos
partidos. Está por ver al equipo ante rivales de una entidad algo
mayor, pero da la impresión de que la Juventus, con el récord ya
olvidado, vuelve a ir lanzada a por el Scudetto. Convenciendo.
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