Por los pelos, Rossoneri en cuartos

Si en el partido de ida había sido una debacle del Arsenal ante un Milan arrollador, en el de vuelta, y más concretamente en la primera mitad del encuentro jugado en el Emirates, fue el club inglés quién pasó por encima de los rossoneri. Eso sí, el 3-0 que consiguieron en el partido de vuelta no fue suficiente para voltear que traía el Milan de la ida. De este modo, los italianos volverán a unos cuartos de final de Champions League que no alcanzaban desde 2007, cuando levantaron su séptima y hasta ahora última Copa de Europa.

Eso sí, el miedo y el recuerdo pesó en las piernas de los jugadores del Milan durante todo el partido jugado en Londres, cuando parecía que el Arsenal imitaría a ese SuperDepor que le remontó la eliminatoria de Champions allá por 2004 en unas condiciones similares. Podía pesar también el hecho de que todas las eliminaciones en la máxima competición europea del Milan desde 2007, hayan sido a manos de clubes ingleses (Tottenham, Manchester United y el propio Arsenal). Lo que está claro es que el abultado resultado de la ida hizo que los jugadores salieran pensando que estaba todo hecho, tratando de arriesgar y meter la pierna lo menos posible en un partido que, pensaban, estaba sentenciado de antemano.

El planteamiento de inicio, marcado eso sí, por las bajas, no resultó acertado por parte de Allegri. Además de las ya consabidas de Boateng, Pato o Nesta, se notó respecto a los últimos partidos la no presencia de Muntari, no inscrito, y Ambrosini, sancionado. De allí que el entrenador toscano apostara, raro en él, por un tridente de delanteros formado por Ibrahimovic, Robinho y El Shaarawy. Así, en la primera mitad, el equipo se vio superado una y otra vez por la línea de tres cuartos inglesa, formada por Oxlade, Gervinho y Walcott, con Rosicky por detrás y Van Persie delante.

El vendaval gunner impidió siquiera ver el balón a los jugadores milanistas durante los primeros 45 minutos, superando la mínima presión del mediocampo rossonero con facilidad, tanto por calidad como por número, y rompiendo por banda derecha a un Mesbah que se vio completamente desbordado en el primer gran partido de su carrera. Los fallos en defensa, dejando solo a Koscielny en el primer gol o el mal despeje del habitualmente fiable Thiago Silva, tampoco ayudaron. Además, la aparición estelar del joven Oxlade-Chamberlain partiendo entre líneas desde dentro para luego caer a banda izquierda volvió loca a la zaga del Milan.

Por suerte para el Milan, el partido enloqueció tras el descanso y el Arsenal perdió el control. Esto permitió que el Milan también tuviera oportunidades claras y sufriera menos. Solo el milagro de Abbiati, rechazando n tiro a un metro de la meta de Van Persie, hizo sudar algo a los aficionados rossoneri. El cambio de Aquilani por El Shaarawy, poblando el mediocampo, ayudó a que el Milan no perdiera la cabeza en ese ida y vuelta en el que se había convertido la segunda mitad, un día en el que las soluciones en el banquillo eran nulas: Dos porteros (Amelia y Roma), dos centrales (Yepes y Bonera), Zambrotta, Aquilani, que no jugaba desde antes de Navidad, y el joven delantero de 18 años Simone Ganz, hijo del mito rossonero Maurizio Ganz.

La eliminatoria deja sensaciones algo contradictorias en el Milan, pero a la postre satisfactorias dado el resultado final. El Milan arrollador del partido de San Siro es la cara de la moneda. Un mediocampo dinámico con Emanuelson y Nocerino en los volantes, más Van Bommel en el puesto central, Boateng llegando con potencia en la mediapunta y la pareja Ibrahimovic-Robinho en ataque, que es la que mejor ha funcionado con Allegri. La cruz en la vuelta, más que por la propia alineación, forzada por la gran cantidad de bajas, por la actitud mostrada por el equipo. El éxito de este Milan tan físico se encuentra en la presión en mediocampo la asfixia de la zona de creación del equipo contrario. Y para conseguirlo se necesita una actitud de trabajo y una concentración durante los 90 minutos, algo que no se vio en el Emirates y a punto estuvo de costarles la eliminatoria.